Apr. 19th, 2007 03:24 pm
Encuentro al zaguán, 2a. parte
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¿Dónde estaba el tío de la planta baja? Me habían dicho sus manos que estaba veniendo desde un café en la vecindad, entonces decidí hacerles compañía charlando un ratito. El maduro me relató cositas de su viaje recientísimo a Europa. Para no excluir a nadie le pregunté a cada uno sucesivamente como se ganaba la vida. El canoso es empleado del aeropuerto, el calvo albañil, y el moreno una mujer de limpieza.
Sí, he dicho "mujer". Eran todos de la acera de enfrente--y ya no estoy hablando del parque ¿me entendéis? (¿o sí? Es un parque muy conocido por precisamente eso...) Les encantaban a todos mis cabellos largos. Estaban mucho felices que podía charlar poquito en su idioma materno; el moreno se ofreció enseñarme el "ehpañó" (visto que entendía casi nada de lo que decía le rechacé) mientras el calvo estuve loco por mi acento castellano.
Claro que se tomaba libertades. Perque estaba supuestamente entre la contratación y el comienzo del trabajo el maduro me pidió dinero para comprar pitillos. Despues que le di unos dolares me abrazó muy amistosamente. Entonces había de pedirme un abrazo el moreno y se aprovechó la ocasión para manosearme. Por supuesto, cualquiera cosa que hacían Papa Oso y Mama Osa la había de hacer Bebe Osito también. Privado momentáneamente de su botín, la mamacita propostó con voz lasciva un cuarteto sexual.
Sí, he dicho "mujer". Eran todos de la acera de enfrente--y ya no estoy hablando del parque ¿me entendéis? (¿o sí? Es un parque muy conocido por precisamente eso...) Les encantaban a todos mis cabellos largos. Estaban mucho felices que podía charlar poquito en su idioma materno; el moreno se ofreció enseñarme el "ehpañó" (visto que entendía casi nada de lo que decía le rechacé) mientras el calvo estuve loco por mi acento castellano.
Claro que se tomaba libertades. Perque estaba supuestamente entre la contratación y el comienzo del trabajo el maduro me pidió dinero para comprar pitillos. Despues que le di unos dolares me abrazó muy amistosamente. Entonces había de pedirme un abrazo el moreno y se aprovechó la ocasión para manosearme. Por supuesto, cualquiera cosa que hacían Papa Oso y Mama Osa la había de hacer Bebe Osito también. Privado momentáneamente de su botín, la mamacita propostó con voz lasciva un cuarteto sexual.
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