Apr. 19th, 2007 12:31 pm
Encuentro al zaguán, 1a. parte
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Cuando llegué a casa anoche a una hora avanzada (es a decir cerca de las once, que es hora avanzada solo para alguien de edad avanzada como yo) vi un trío de hombres desconocidos sentando al zaguán del bloque de pisos. Uno me dio la bienvenida y--perque tengo una memoria pésima para mis vecinos--me preguntaba por un momentito si debía reconocerle. Pero, como acabo de decir, eran desconocidos.
No obstante eran muy descarados. Había un maduro, un mulato y un calvo--parece comienzo de chiste, ¿verdad? Él que me hubo saludado, el maduro canoso, se me presentó y poco despues había estrecharles la mano a todos tres. Ninguno vivía allá; eran amigos de mi vecino de la planta baja y, como ello, eran todos mexicanos. Habían estado esperandole al borde del parque de enfrente hasta se hubo apidado de ellos un otro residente, permitiéndoles la entrada.
No obstante eran muy descarados. Había un maduro, un mulato y un calvo--parece comienzo de chiste, ¿verdad? Él que me hubo saludado, el maduro canoso, se me presentó y poco despues había estrecharles la mano a todos tres. Ninguno vivía allá; eran amigos de mi vecino de la planta baja y, como ello, eran todos mexicanos. Habían estado esperandole al borde del parque de enfrente hasta se hubo apidado de ellos un otro residente, permitiéndoles la entrada.
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